domingo, 15 de junio de 2014

"Está sonriendo"

A Esther la conocí mi primer año como profesor contratado en la entonces Escuela Universitaria de Trabajo Social de la Universidad de Murcia. Es la mujer más auténtica, sabia,  atractiva y generosa que jamás he conocido. Y después de mis queridísimos padres, una de las personas que más han influido en mi vida, en mi carácter, en mi sensibilidad y cariño por las personas que me rodean, en mi actitud positiva y apasionada por la vida… Conversar con Esther, durante horas y horas, habitualmente en una cafetería de Murcia o en su despacho, ha sido una de las experiencias más gratificantes y maravillosas de mi vida. He aprendido y sigo aprendiendo muchísimo de ella. De sus palabras, su actitud ante la vida, su compromiso social, su espiritualidad y su pasión por todo lo humano y la docencia, que también ejerció en la Universidad de Murcia.    

   Después de unos diez años sin saber nada de Esther, el pasado viernes me animé a llamarla al teléfono fijo de su casa. No estaba allí, pero se puso al teléfono su marido Joaquín, al que también quiero muchísimo, y con el que estuve conversando más de una hora, intercambiando confidencias, aprendiendo de sus siempre sabias palabras por su profundo conocimiento del ser humano y la filosofía. Me explicó que regresaban a Viena el domingo por la mañana y que por su apretada agenda en Murcia era prácticamente imposible que pudiésemos abrazarnos en Murcia. Y me animó a que llamase otra vez, el sábado por la noche, porque a esa hora podría hablar y despedirme de Esther hasta su regreso definitivo a Murcia para las próximas Navidades.

   Ayer sábado fue un día muy muy muy especial. De esos que jamás olvidaré en mi vida. Conocí a Pilar, Miguel, Mª Ángeles, Moisés y Eva. Todos participamos en una carrera popular de 5 km, a las 10:30 de la mañana, por el paseo marítimo de la playa del Campello, en Alicante. Con el mar Mediterráneo acompañándonos todo el camino y nuestro espléndido sol dando color y vivacidad al paisaje. Disfrutamos de la carrera, de sentirnos acompañados, solidarios y cómplices de los más de 1000 corredores participantes. Después de la carrera, algunos bailamos salsa en el mismísimo paseo de la playa, al mediodía y aprovechando la música que animaba la fiesta. Nos bañamos en el mar Mediterráneo, comimos, regresamos a Murcia donde realizamos una corta ruta en bici acompañados del intenso y rico aroma a jazmín y limoneros de nuestra maravillosa huerta. Y ya completamente reventado, cuando acababa de llegar a mi casa a eso de las 12 de la noche, volví a llamar a Esther. Se puso al teléfono su marido Joaquín.

   -Fulgencio, Esther sabe perfectamente que eres tú y está sonriendo.
      
   Fue muy emocionante volver a conversar con Esther después de tantos años. Quedamos en que aprovechando las nuevas tecnologías, los "wasap", el "skype" y el correo electrónico, seguiríamos en contacto hasta las próximas Navidades, para las que ya hemos  planificado una cena en su preciosa casa frente a la sierra de la Cresta del Gallo, a unos 6 kilómetros de Murcia capital.

   Esther, hoy domingo me he despertado a las 6 de la madrugada, con la necesidad e ilusión de escribir este post de la serie de más de 20 en los que relato las vivencias más intensas y gratificantes de mi vida en mi queridísima Murcia. Os lo dedico a los dos, a tu marido Joaquín y a ti. Os quiero muchísimo.  


2 comentarios:

  1. Sigues demostrando que ERES TAN ESPECIAL FULGEN!! Todo cariño y gratitud.
    ¿Quien no ha descolgado el teléfono y al oír tu voz a esbozado una enorme sonrisa?
    Yo también te quiero mucho!!

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    1. Tú sí que eres especial. Siempre emocionándome, desde el primer día que te conocí. Cuando todavía eras muy jovencita y yo "ya era mayor" ;-). Irradias la mejor luz, una sonrisa permanente e inconfundible que contagia felicidad, bienestar. Hemos compartido tan maravillosos momentos juntos y hoy mismo le comentaba al compositor de "Mi roalico", Agustín, cómo tuvisteis el buen gusto de elegir su obra (la letra es de su padre y la música suya) para vuestra boda. Tenemos que repetir otra salida en bici, o un encuentro coral... Tengo un mono de cantar. Tengo mucho mono de veros, abrazaros y echar unas risas... También os quiero muchísimo :-). Muchísimas gracias por escribirme desde el corazón, como yo también lo estoy haciendo en este momento
      :-).

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