sábado, 5 de septiembre de 2015

Trabajos Fin de Grado (TFGs)

Los pasillos de la planta baja de la Facultad de Psicología de la Universidad de Murcia muy concurridos de alumnos, ex alumnos, familiares y amigos. Unos cuantos profesores pasamos entre ellos buscando el aula de nuestro tribunal para evaluar los Trabajos Fin de Grado, el examen final que deben superar nuestros alumnos de último curso para conseguir su ansiado título de fin de carrera. Sus rostros, generalmente sonrientes, evidencian una mezcla de sentimientos que oscilan entre la preocupación, el nerviosismo, su avidez por enfrentarse cuanto antes al reto de exponer oralmente y en público sus trabajos, el entusiasmo de saber que muy pronto serán graduados en Psicología, a veces también la inseguridad porque algo pudiese salir mal.

   Entramos en el aula del tribunal número 5, que este año me ha tocado presidir junto a mis compañeros, también profesores,  Guillermo y Juan Pedro.  Vamos llamando individualmente a las once alumnas asignadas al tribunal y las escuchamos atentamente en sus brillantes exposiciones. Me sorprende gratamente el alto nivel académico de nuestras alumnas, el entusiasmo con el que defienden sus trabajos, que han de sintetizar en tan sólo diez minutos de exposición, la seguridad con la que responden a las preguntas y reflexiones del tribunal. Me sentí entonces muy orgulloso de mis alumnas y del trabajo realizado por todos durante los cuatro años de carrera.

   Ayer, viernes 4 de septiembre de 2015, disfruté intensamente de tan productivo acto académico, aprendiendo mucho de las interesantes aportaciones de mis alumnas y compañeros de tribunal, reflexionando sobre los medios y estrategias para mejorar la calidad de vida de los seres humanos, que es el objetivo principal de la Psicología. Y sentí que el trabajo que hacemos alumnos y profesores, profesores y alumnos de nuestra querida Facultad, es muy importante y beneficioso para nuestra sociedad murciana. ¡¡¡Enhorabuena a todos, y en especial, a los nuevos graduados en Psicología!!!     


domingo, 2 de agosto de 2015

La carrera de la playa y la luna llena

Más de mil corredores hacinados en la línea de salida. Se escucha el griterío, las risas, comentarios jocosos y oleadas de aplausos con gran expectación ante el inicio de la carrera. Pasadas las diez de la noche empezamos a intentar correr sin empujarnos, al principio todos en bloque y en seguida escapándonos a  nuestro ritmo individual. La carrera ha comenzado muy en serio, tan en serio que sólo se escuchan las pisadas y la respiración de los corredores. Me emociona ese silencio casi religioso, en plena oscuridad, donde se percibe el encanto de cientos de hombres y mujeres que nos esforzamos y luchamos por llegar a la meta.

   Ayer por la noche, el 1 de Agosto de 2015, disfruté plenamente de la segunda edición de la “Pinatar full moon”, una carrera popular que se celebra de noche aprovechando la luz de la luna llena, y que en el último tramo nos reta a correr por la orilla de la playa de la Llana, enfrentados al espesor de la arena, del que huíamos acercándonos al mar e inevitablemente mojándonos y embarrándonos hasta los tobillos. La oscuridad y la dificultad del terreno nos obligaba a correr muy concentrados en nuestras pisadas para prevenir tropiezos y caídas, al mismo tiempo que reíamos y nos advertíamos a gritos de los hoyos, montículos de arena y charcos de agua que continuamente se cruzaban en nuestro camino.  

   Ayer por la noche, cuando llegamos a la meta, contemplé fijamente la luna llena y me sentí  orgulloso de mi esfuerzo y el de mis compañeros de carrera. Muchos nos fundimos en un fuerte abrazo y nos felicitamos, sin importar el tiempo que habíamos empleado o nuestra posición en la carrera. Celebrábamos una gran fiesta, con la mezcla del cansancio y el sentimiento de una enorme satisfacción por haber llegado a la meta. Una fiesta aderezada por las ensaladas, fruta y bebida ofrecida por los organizadores, que devoramos con inmenso placer. Y sobre todo, una fiesta animada por el millar de corredores que nos sentíamos acompañados, cómplices y felices de compartir nuestra sana y loca pasión por correr.