sábado, 16 de abril de 2011

Concierto de "notas perdidas" en la Universidad

Si tuviese que elegir mi instrumento musical favorito, sin duda sería el piano, por su destacado protagonismo a lo largo de mi vida. Entre los recuerdos de la infancia vienen a mi mente esos sábados por la mañana en los que me despertaba suavemente la música de Mozart, Beethoven, Bach, Chopin o Brahms, interpretada al piano por mi hermana, que a partir de una hora prudencial –nunca antes de las 10 de la mañana- practicaba en casa los ejercicios que le mandaban sus profesores del Conservatorio Superior de Música de Murcia.    
      Gracias a mi madre y a mi hermana, con tan sólo cinco años aprendí a interpretar al piano partituras facilitadas como la del villancico Noche de Paz o La Muñeira de Carpentier. Continué estudiando piano hasta los once y ya en la Universidad cursé algunas asignaturas de música y expresión corporal, que me animaron a retomar la afición de sentarme de vez en cuando frente al piano e intentar sacar algunas melodías. Más recientemente, mis cinco años como miembro de la coral universitaria de Murcia, me permitieron conocer a grandes pianistas y músicos con los que he disfrutado de largas veladas cantando e interpretando al piano las más variadas piezas musicales.
      Hace unos tres años, en el aula de audición de la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia, nos juntamos un grupo de profesores y estudiantes para disfrutar de un concierto de piano a cargo de mi querida amiga Blanca, que generosamente se ofreció para deleitarnos con su talento, sensibilidad y creatividad para la interpretación musical. El hecho de que nos conociésemos casi todos los asistentes y de que Blanca fuese más una amiga y compañera de trabajo que una simple y distante concertista, generó una atmósfera familiar, entrañable y de complicidad, gracias a la que Blanca tuvo la libertad de expresar verbal y musicalmente lo que en cada momento considerase oportuno, con el beneplácito y la respuesta participativa de un público completamente entregado y expectante. Su “concierto de notas perdidas”,  porque así decidió llamarlo Blanca en un programa muy cuidado y de amplio recorrido histórico: desde “El clave bien temperado” de Bach hasta las “Danzas rumanas” de Bartók, pasando Mozart, Schuman y Granados; nos hizo disfrutar, sonreír y viajar por los senderos de la creación musical, de la mano de alguien que sabe vivir la música, sentirla y transmitirla con cariño, esmero y una sincera emoción.
       El pasado sábado por la tarde, en casa de Blanca, le recordé lo mucho que disfruté en ese concierto y le pedí que me escaneara la imagen que se puede ver tras este párrafo y que en su día ilustró el programa de su “concierto de notas perdidas”.  Ella mismo dibujó esas "corcheas viajeras" desplazándose a través de la vía de un tren,  cual metáfora genial del devenir de la música y esas emociones que inspira, tan cercanas a las sensaciones más añoradas de nuestros viajes y nuestra infancia.


      El concierto terminó con una sorpresa, una obra que no figuraba en el programa y que Blanca había compuesto semanas antes, precisamente como el mejor regalo que podía ofrecernos a sus amigos y compañeros en la sala. La mayoría de los que allí estábamos descubrimos en ese instante una nueva faceta de Blanca como creadora musical y quedamos impresionados por la belleza de una melodía tan entrañable, auténtica, espontánea y jovial como su autora. Nuestra querida pianista, que con tanto cariño y sensibilidad había interpretado a los clásicos más conocidos, culminaba deleitándonos con su más íntima visión de la música, a través de una melodía inspirada desde su personal experiencia y formación musical.
    Nunca olvidaré este brillante y singular concierto de piano. Nunca olvidaré la melodía de esa obra inédita de Blanca que tantas veces le he pedido me volviese a interpretar y que hoy, desde estas líneas, aprovecho para pedírsela en un formato sonoro que me permita  insertarla  en este post y tenerla siempre accesible en “mi álbum de vivencias y recuerdos”.   

5 comentarios:

  1. Muchisimas gracias por compartir este concierto tan especial. Ha sido muy conmovedor recordar aquel momento en el que mis manos se deslizaban timidamente por aquel manto blanco y negro tratando de hacer llegar mis sentimientos musicales a un público tan especial. Ya no recuerdo si se perdió alguna nota por el camino, pero si lo hizo, la he vuelto a encontrar escondida entre tus entrañables palabras, y por supuesto que algún día tendrás esa grabación tan esperada. Muchas gracias, mi querido amigo Fulgen. Blanca

    ResponderEliminar
  2. Eres toda una artista escribiendo, interpretando al piano y componiendo. Insistiré en recordarte lo de la grabación :-D. Mil besos. Ful

    ResponderEliminar
  3. Un texto precioso, Fulgencio. Ojala Blanca nos deleite de nuevo con sus composiciones musicales. Estoy contigo, es una artista y ademas, doy fe de ello, multifacetica. Un abrazo para ambos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sois las dos, Blanca y tú, seres excepcionales por vuestra sensibilidad y creatividad frente a los que tenemos la suerte de conoceros y tratar con vosotras, Muchas gracias por tu comentario.

      Eliminar
  4. Un texto precioso, Fulgencio. Ojala Blanca nos deleite de nuevo con sus composiciones musicales. Estoy contigo, es una artista y ademas, doy fe de ello, multifacetica. Un abrazo para ambos

    ResponderEliminar